( John Locke, Inglaterra 1632 - 1704)
John Locke, uno de los mayores representantes del empirismo y el padre del liberalismo político, nació en Inglaterra en 1632. Al igual que Hobbes, estudió en Oxford sin adherir a la filosofía de los escolásticos que allí imperaba. Su trabajo al servicio de Lord Hasley le permitió visitar Francia e incluso residir por un tiempo allí, donde entró en contacto con el círculo de Gassendi. Entre 1675 y 1679 permaneció en Francia y entre 1683 y 1689 residió en Holanda. Retornó a su patria con la llegada al trono de Guillermo de Orange, en 1689. Se estableció entonces en Essex hasta su muerte, acaecida en 1704.
Sus dos obras más importantes, Ensayo sobre el entendimiento humano y Dos tratados sobre el gobierno civil, fueron publicadas en 1690. A sus últimos años en Inglaterra corresponden Pensamiento sobre la educación (1693) y La razonabilidad del cristianismo (1695). Locke, al igual que Descartes y la mayoría de los filósofos modernos, prestó una especial atención al problema del origen y fundamento del conocimiento. Coincidía con Descartes en que el objeto de conocimiento no son las cosas sino las ideas (“lo que constituye en nuestra mente el objeto del entendimiento”) pero, a diferencia de aquél, sostenía que las ideas provienen solamente de la experiencia. Rechazaba las "ideas innatas" cartesianas y afirmaba que, antes de la experiencia, el entendimiento se encuentra vacío como una hoja en blanco. No hay ideas innatas ni en el plano teorético ni en el práctico o moral. Las cualidades sensibles de los objetos son transmitidas a la mente a través de los sentidos. Ésta es la primera fuente del conocimiento, la sensación o experiencia externa.
La segunda fuente del conocimiento es la reflexión, o experiencia interna, que es la percepción que la mente tiene de su propia actividad mental. El entendimiento no tiene la capacidad para inventar o crear ni tan siquiera una idea. Se limita a relacionar de los modos más diversos las ideas simples. Según sostenía Locke, se parece mucho “el dominio del hombre en este pequeño mundo de su propio conocimiento al que ejerce en el gran mundo de las cosas visibles, en el cual su poder, bien que empleado con arte y astucia, no va más allá de componer y dividir los materiales ya hechos y al alcance de su mano; pero no es capaz de nada para hacer la más mínima partícula de nueva materia o a destruir un átomo de lo que está ya en la existencia”.
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